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Yo soy presa de tus sueños, y tú eres víctima de mis desvelos. Cada noche viajo hasta tu cama, me cuelo por tu ventana, por tus ideas, me instalo en tu subconsciente, me aparezco en tus sueños, renazco a medida que vas hilando tu sueño, te arropo, te beso...y  bajo esta luna de abril yo te muestro mi universo, se abre ante ti, solo ante tus ojos, te muestro tal como soy, mi obsoleto ego, mi parecer, con mis defectos, mis virtudes, mis pasiones, mis deseos, mis temores, mis alegrías, mis tristezas y mis ganas de verte, de cruzar de nuevo esa gran fortaleza en la que se esconde nuestro mayor secreto, de compartir tardes de sol, de reír. Tú eres víctima de mis desvelos, cada noche te pienso sin descanso, no duermo, tan solo te desgasto mentalmente con abrazos...eso para mí ya es mejor que el mayor descanso...Es una paradoja, ya lo sé, pero la única verdad es que quien no lo siente no lo ve. Así funciona el juego del amor, de tan precioso valor que es sólo comparable al brillo de las estrellas en noches como ésta. Yo presa de tus sueños, tú víctima de mis desvelos, al final va a resultar que no podemos vivir el uno sin el otro.