El problema estaba en centrar el cielo en una persona. Cuando haces eso, se convierte en un infierno.
La suerte cambió para ella. Ahora ya no se sentaba a esperar cartas del viento, ni a recordar. Sólo podía recordar la tarde en que murió en vida, cuando aquél sí congeló el tiempo y el cielo. Cuando perdió la noción de todo. Ahora ya no pintaba el amor rosa, ni rojo. Era una mezcla de muchos colores inventados por su obsoleta mente. Y no es que no tuviera sentimientos. Yo creo que era la persona con más sentimientos del universo. Pero se negaba a demostrarlos en vano. No quería tener un dejà vu.
sábado, 15 de diciembre de 2012
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1 comentario:
Me ha encantado tu blog!
Te espero: thephantomsquare.blogspot.com
xx
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