[COCO TEEN BLOG]

domingo, 26 de mayo de 2013





Poco después de que te conociera, sentía mis días iluminarse.
Ya no lo veía todo tan negro, ni tan gris.
Te tenía a ti ahí, envolviéndome con los brazos y juntando con tus manos cada trozo de mi corazón.
Pasó el invierno, la primavera, el verano y el otoño.
Un día, me regalaste una luciérnaga. Yo, completamente alucinada, quise saber su origen. Para tus noches de insomnio,- respondiste,-métela en un tarrito de cristal.
Y en tus labios se dibujó la más bonita de las sonrisas.
Y eso hice.
Cada noche antes de dormir, la contemplaba...Era el regalo más original y único que me habían hecho. Tenía un brillo tan intenso y bonito que superaba cualquier estrella. Lo admiraba, ciertamente.
Una vez, tras discutir contigo, di un portazo. Lo único que conseguí fue romper el tarrito de cristal.
Se escapó.
Me costó días encontrarla. Pero ya no tenía más tarritos de cristal. Hube de conformarme con una cajita de madera. La metí en la mesita de noche.Ya no me atrevía a abrirla, por miedo a perderla de nuevo...
Pasó el invierno, la primavera, el verano y el otoño.
Una tarde, sentí por vez primera la falta de tu esencia, de tus palabras. Me atropellaba el silencio, y cuando quería encontrar tus manos, no estaban. Tú ya no estabas. Pude notarlo en cada vértice de mi cuerpo, de mi mente, de mi piel, de mi tiempo.
Anoche no podía dormir. Me acordé de la luciérnaga.
Destapé cuidadosamente la cajita y...ya no brillaba.


1 comentario:

Tu mundo, mi mundo nuestro mundo ♥ dijo...

Buf, que bonito, que tierno y que triste a la vez..