Eres como un niño al que hay que dar de comer, jugar, ver reír, hablar con él...pero
nunca herir. La sola idea de protegerte ya me ilusiona, me motiva,
me hace sentir especial. Tú me necesitas, yo te necesito, qué más debe estar claro? Sólo el color de los ojos con que te mire cada día, que a veces es turbio de
rencor y otras es
cristalino de amor incondicional. Cristalino cuando tengo claro que yo siempre seré tu protectora, pero turbio al oír tus frustraciones. Si nadie te cuida, entonces,
yo no seré nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario