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Se quedó mirando a la luna fijamente, mientras se fumaba un Camel.¿Qué hacer? ¿Qué recordar y qué no? ¿Qué no hacer? El humo del cigarro le subía hacia arriba, haciendo formas extrañas, unas veces, hacia los ojos, otras, irritándoselos, como se irritaba al pensar en lo que estaba haciendo con su vida, que no le llevaba a ningún sitio. No le llevaba a ningún sitio porque no andaba. O sea, no hacía nada, y eso era lo peor, que ni hacía nada ni hacía nada por arreglarlo. Muchas veces no hacer nada es peor incluso que hacer algo y cagarla. Tiene peores consecuencias, porque el no hacer nada demuestra estancamiento...Ella seguía viendo pasar los días como quien oye llover. En realidad estaba muerta, como la ceniza que dejaba caer por la ventana noche tras noche, en un intento de lucidez. Como si esos cinco minutos le fueran a ayudar en algo. A pensar qué hacer y hacerlo de una vez. Mandar a la mierda todo, presente y pasado, y empezar de cero con quien le estaba dando la llave para ser feliz, quien se peleaba por verla sonreír, quien cada noche moría por velar su sueño y cada amanecer por despertarla a besos. Yo creo que lo más triste de esta vida es buscar la felicidad en cosas que jamás nos la van a dar, y no apreciar que la tenemos ahí sin necesidad de buscarla. Quítate el candado, quítate el miedo.