[COCO TEEN BLOG]

domingo, 5 de febrero de 2012

El tiempo se ha congelado para mí. Ya no hay nadie que impida este decaimiento constante. Mi grito de guerra es quiero olvidarte. Como sea...no me haces ningún bien. Pero mi corazón no piensa lo mismo ¿sabes? Esa ha sido siempre la barrera que me ha impedido volver al mundo real y salir de aquel barrio de las nubes tan bonito en el que un día viví. Pero ha tenido que ser una mudanza anticipada...las paredes se caían a trozos, y la lluvia de los últimos días grises calaba por el techo hasta inundar mi cama vacía, porque seguía contigo, pero externamente. Artificialmente. Ya no estabas en mis sueños. Hacía tiempo que nuestras almas se habían separado, ya no eran una, ya no se necesitaban la una a la otra para sobrevivir, o eso creía. Y es que amor que mata nunca muere. No se sabe por qué, pero el corazón tiene una fuerza descomunal que hace añicos a la razón en estos casos tan extremos. El corazón es como una piruleta desintegrada por el pisotón de un niño, pero corroborando la rareza que supondría que esa piruleta se recompusiera, el corazón vuelve a tirar de la cuerda que te acerca a mí. La pregunta es...¿por qué? Tantos días desgastados en ti...que ya me es imposible rehacerlos si no es a tu lado, por muchas vueltas que diera la vida seguirías vivo en mi corazón. Anhelo volver a encontrar ese algo que vi en tí, sin éxito, porque ha muerto. Pero sigo sin reconocer que jamás lo encontraré y vuelvo a las andadas, como una drogadicta. Busco desesperadamente esa sustancia que me falta, quiero más y más...eres mi droga letal. Eres un cáncer, emocional quizás. Me acabarás matando, lo sé, es inevitable, pero prefiero que seas tú quien me mate antes que esta oscuridad que me envuelve si no estás. Mejor morir a tu lado que encerrada tras estas rejas con sabor amargo en la boca. Mejor que me mates tú que morir de tristeza.

No hay comentarios: