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Un parque, un chico y una chica, y una tarde que pasar juntos. Se encontraron un día gris, pero ellos lo convirtieron en azul. Querían parar el tiempo, y lo consiguieron con un beso. La ciudad los vio ir juntos de la mano por primera vez. La tarde pasó rápido en un sofá, con el calor de sus miradas. Se rozaban temiendo que pasara el tiempo, porque era lo único que les aseguraba estar juntos. La noche llegó. Entonces sintieron que el tiempo se descongelaba, y...esa tarde pasó a ser un pellizco de tiempo robado, un sueño que no saben cuándo se volverá a repetir, pero...el primero de muchos.